Capítulo 104
La familia Galindo habia colocado a Adela en el Grupo Linares, y para mi era complicado meterla alli. Igual de difícil era buscar a alguien que le causara problemas, ya que en realidad no tenia contacto con la gente de adentro del negocio.
Estaba atrapada entre la espada y la pared.
“¿No vas a tu casa?” Heldapreguntó cuándo estaba a punto de marcharse.
“No, hoy hay una reunión de excompañeros de clase.” Suspiré, ni siquiera conocia a esa gente, pero tenia que fingir ser Ainara y asistir a esa reunión tan aburrida.
Pero esos compañeros tenían una manera de hacerte sentir obligado a ir, y yo, en este cuerpo nuevo de Ainara, no podia simplemente ignorarlos.
Necesitaba adaptarápido a ser Ainara, porque si alguien descubría algo extraño,meteria en un problema grande.
Follow on NovᴇlEnglish.nᴇt“Bueno, yovoy.” Helda se despidió ydejó un capuchino en la mesa.
Le di un sorbo y frunci el ceño casi sin querer. “Sabes que nogusta tan dulce, ¿cuántos sobres de azúcar le pusiste?”
Heldalanzó una mirada y se fue sin decir nada..
Estar viva… era una maravilla.
Aún podia sentir el sol de este mundo y degustar sus delicias.
En ese momento, mi celular sonó, era otro mensaje de un compañero.
“Ainara, hoy todos van a llevar a sus parejas, y tú, que estás casada, tienes que llevar a tu esposo, si no, no te dejaremos entrar“, dijeron entre risas al otro lado del teléfono.
Claramente querian burlarse de mí.
Sabian que estaba casada con el supuesto tonto de la familia Linares, pero aun así insistian en que llevara a mi esposo, obviamente para mofarse de Osvaldo y de mi.
“Mi marido no se siente bien, asi que no…” No alcancé a terminar y yahabían colgado.
Pero esa actitud hacia Ainaradejaba claro que no la respetaban..
Ainara era una chica sumisa, probablemente porque habla vivido mucho tiempo en el campo y de repente se encontró en una escuela de élite con compañeros ricos y poderosos. Debia sentirse inferior.
Habia llegado a esa clase en tercero de secundaria y, honestamente, no tenia por qué asistir a esa reunión de antiguos alumnos.
Pero en los recuerdos de Ainara, la única que había sido amable con ella en sus momentos de soledad y desamparo fue la profesora de aquel entonces.
Ahora decían que ella tenía cáncer, y quería ir en nombre de Ainara para ver cómo estaba.
Suspiré,levanté, bajé la visera de mi gorra y salí a la calle.
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Desde que Brauhabla armado un escándalo en la familia Linares, siempresentia insegura caminando sola por la calle.
Desde que habia renacido, mi sexto sentido parecia mucho más agudo que antes.
Di unos pasos ydetuve, miré hacia atrás y vi que un hombre vestido de negro se escondia rápidamente en un callejón.
Qué astuto.
El hombre, al no encontrarme, pareció entrar en pánico y comenzó a correr.
El golpe lo derribó ymiró conmocionado. “¿Por quépegas?”
También nerviosa, sostuve el palo con fuerza. “¡Tú… tú por quésigues!”
“¡Nicanorpidió que te siguiera y te protegiera!” El hombre se cubrió la cabeza y sonrió de dolor.
El hombre se levantó, todavia quejándose con dolor. “Ten cuidado últimamente, hay muchos que te están observando.”
Asenti. “Lo siento, ve al hospital… dile a Nicanor que él pague. Tengo una reunión de excompañeros, así que