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Mi Ex-esposa Misteriosa Es Multimillonaria

Chapter 516
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Capítulo516

Alejandro estaba nervioso y colocó nuevamente su gran mano sobre la frente ardiente de Clara,

sintiendo su corazón enredado en un torbellino de emociones. Rápidamente se quitó la chaqueta y

la camiseta que estaba tibia por su propio calor corporal, y se las puso a Clara, abrigándola

completamente.

Clara abrió débilmente los ojos, y vio al hombre frente a ella, que prácticamente le había dado

todas sus ropas, quedándose solo con un chaleco negro. Sus músculos desnudos y bien definidos

se veían asombrosamente atractivos en medio de este remoto lugar salvaje, irradiando un encanto

arrollador y desinhibido.

-¿Sigues teniendo frio? -preguntó Alejandro con voz ronca mientras observaba su rostro

enrojecido.

-Mucho frio-respondió Clara lastimosamente, abrazándose a sí misma y temblando con fuerza.

Alejandro inhaló profundamente y, con cejas fruncidas, abrió sus brazos. Con mucho cuidado,

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envolvió su delgado y suave cuerpo en sus brazos, frotándola contra su pecho y deseando poder

transferir todo su calor corporal a su sangre.

-¿Todavía tienes frío? -preguntó Alejandro con los párpados bajos, su corazón latiendo

fuertemente.

Clara apoyó su mentón puntiagudo en su robusta espalda y frotó suavemente de un lado a otro.

Alejandro exhaló suavemente, y sus dedos se deslizaron hacia su húmedo cabello, tratando de

relajarla y reconfortarla..

Clara sintió que su cuerpo se volvía más suave en sus brazos, y cerró los ojos como un gato

adormilado, luchando contra las olas de somnolencia que la invadian.

Alejandro se sentó junto a ella, siguió transmitiendole su calor, y luego tomó su mano para

examinar sus heridas. Los dedos delicados de Clara estaban llenos de arañazos y contusiones, con

suciedad y costras de sangre bajo las uñas, lejos de parecer las manos de una niña rica.

Alejandro apretó los labios con fuerza, y lo que vio en ese momento fue la imagen de Clara

luchando con todas sus fuerzas en el acantilado.

Sintió un dolor punzante en el corazón.

-Clara, no quiero que lo que sucedió hoy se repita-Alejandro estaba realmente enojado, sus labios

-¿Y quién te crees para decirme qué hacer? -Clara se apoyó en su hombro, medio adormilada y

con fiebre.

Pero en este momento, incluso con todo lo que había sucedido, seguía respondiendo a Alejandro

con su espíritu desafiante.

-¿Todavía no puedes verlo? -Alejandro estaba tan preocupado que sus oídos se enrojecieron.

-Entonces, ¿qué te hace pensar que puedes controlarme?

Cuando la conversación llegó a este punto, Alejandro se sintió impotente.

-Como quieras. De todos modos, ya no tiene nada que ver conmigo-Clara cerró los ojos y no le

importó responder más.

En este momento, solo quería tomar un baño caliente en su bañera y acostarse en su suave y

grande cama para dormir.

-Clara, ¿por qué te casaste conmigo en primer lugar? ¿Fue realmente solo porque una vez te salvé? ¿Fue solo para

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devolver el favor? Alejandro apretó firmemente su mano contra su pecho.

Clara, que inicialmenteestaba bastante lúcida, ahora estaba un poco menos clara debido a la

fiebre. No tenía energía para discutir con él.

-Me casé contigo porque me gustabas-respondió Clara.

Alejandro sintió un fuerte latido en su pecho y respiró profundamente.

-Siempre mi gran deseo fue casarme contigo. Nunca imaginé que algún día se haría realidad.

Las lágrimas brillaban en los ojos de Clara como estrellas en el cielo, -Alejandro, pasé trece años

enteros persiguiéndote. Toda mi juventud. Estuve constantemente buscándote, persiguiéndote.

-¿Y ahora qué, Clara? ¿Aún me amas? – Alejandro, con los ojos enrojecidos, preguntó con urgencia

y frustración.

Clara retiró su mano izquierda, incluyendo el dedo meñique que no podía mover, de su mano, como

si estuviera redimiendo su corazón, que una vez él había herido gravemente. Aun así, le dolía tanto

que cualquier contacto le recordaba el dolor original.

-No te culpo, ni te odio. Por supuesto, el amor ya no existe.