Capítulo 430
En una zona de descanso no muy lejana.
Yolia balanceaba su copa de vino, contemplando la silueta de una pareja bajo los fuegos artificiales.
—El amor es tan hermoso. —
Emanuel se encontraba detras de ella, echandole una mirada fugaz.
—gTe da envidia? —
Yolia cruz6 los brazos. —Ese amor puro y mutuo era algo que yo no podia alcanzar en aquel entonces. — — Estas diciendo que lo nuestro no es puro? — le replicé Emanuel.
Con una sonrisa burlona, Yolia le lanz6 una mirada divertida.
—Nos casamos por un acuerdo entre familias sin siquiera conocernos y nos metimos en la cama, ¢y tienes el descaro de hablar de pureza? —
Emanuel la abrazo por la cintura y acercé su rostro bien definido al de ella, con una sonrisa irdnica propia de alguien acostumbrado a mandar.
—zY qué si fue un matrimoarreglado? Veo que tu lo disfrutas mucho. ;Quién fue la que en nuestra primera vezsedujo en la cama,beso apasionadamente ya beber vino con una pocién? —
Yolia se sonrojé ligeramente.
—Basta, terminemos con este tema aqui.
Tras el final de los fuegos artificiales.
Follow on NovᴇlEnglish.nᴇtAmbos regresaron al salon principal.
Numerosos disefiadores se acercaron para hablar con Evrie, todos con conocimientos avanzados sobre arquitectura. Evrie estaba bastante animada.
Farel, por su parte, decidié darle algo de espacio.
En los negocios, siempre habia sido independiente y fuerte.
—Sefiorita Evrie, no sabe cuanto se lo agradezco, si no hubiese sido por su determinacién, probablemente habria perdido mucho dinero. —
Tomeo, junto con sus hijos, se acercé para agradecerle personalmente a Evrie como el contratante del proyecto. Evrie le respondié con humildad. —El mérito es de usted, Sr.copy right hot pub
Tomeo, por daotra oportunidad. Soy yo quien deberia estar agradecida con usted. —
—La oportunidad no fue mia, fue Giselle quien la consiguid para ti. —
Tomeo lanz6 una mirada amable hacia su lado, donde Giselle lucia un elegante vestido negro y un maquillaje impecable. —Ella dijo que como arquitecta, nunca te rendirias. Parece que realmente le gustas. —
La mirada de Evrie se pos en Giselle.
Ella mantenia su expresién habitual, tranquila y con una sonrisa inocua.
Evrie asinhacia ella. —Gracias, Srta. Rivera, por su ayuda. —
—No hay de qué, fue un simple gesto de ayuda. —
Giselle levanté su copa y brind6 con Evrie.
—Eres tu la que tiene talento. Admiro eso y, si no te importa, quiero brindar por ti. —
Giselle se bebid de un trago su copa.
En un rincon discreto, a lo lejos.
Una mujer delgada disfrazada de camarera observaba fijamente la cara de Evrie, con una mirada llena de oy rencor. Apretaba con fuerza un frasco de viden su mano.
Sin dudarlo, se dirigié directamente hacia Evrie.
Al acercarse a ella, se detuvo y le grit6 con rabia.
—jEvrie! —
Evrie se gird instintivamente y se encontré con una mujer conocida con la cara demacrada y palida.
Margarita? ~Cdémo habia salido ella?
—jVoy a matarte! —
Antes de que Evrie pudiera reaccionar, un liquido desconocido fue arrojado bruscamente hacia ella.
Evrie intenté esquivarlo instintivamente.
Pero ya era demasiado tarde.
En el ultimo momento, Giselle se interpuso frente a ella, protegiéndola completamente.
Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏm—iPlafi—
Parte del liquido cay6 sobre Giselle, corroyendo su vestido negro rapidamente y dejando su piel enrojecida. —jEs acido sulfurico!—
Evrie se quedo palida de horror.
El lugar se suen el caos.
Tomeo y su hijo gritaban aterrados.
—jRapido, preparen el coche, al hospital! —
Abel grifo y empez6 a lavar la herida con abundante agua.
El alboroto fuera era ensordecedor.
Evrie estaba palida, concentrada en tratar la herida de Giselle.
El acido sulftirico es fuertemente corrosivo y puede tener consecuencias terribles al entrar en contacto con la piel. jMargarita se habia vuelto loca!
Giselle, en cambio, parecia no reaccionar, observando como Evrie se desesperaba por atender su herida. Algo brillé en el fondo de sus ojos por un instante.
Ella era bastante bondadosa.
Margarita ya habia sido inmovilizada por el guardaespaldas.
Entre la multitud, Farel se abrid paso y atrajo a Evrie hacia su pecho.
—gEstas bien? — le pregunto con urgencia.
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