Franco miró a su hija con desconcierto.―¡¿Qué?! ―¿Recuerdas la última vez que me pediste que te
acompañara para ganar la subasta? Con tantas compañías compitiendo, ¿creíste que la tuya estaba
califica para ganar un proyecto de tal magnitud? Elías estaba ahí en ese momento, y él fue quien les
dijo a los organizadores que te dejaran ganar.―Mientras miraba el rostro atónito de su padre,
Anastasia solo podía decir que su sorpresa era inevitable. ―¿En serio? ¿El presidente Palomares me
ha estado ayudando en secreto? No es de extrañar que mi negocio ha ido viento en popa
recientemente, haciéndolo parecer como si me hubieran concedido toda la suerte. ¡Él es quien me ha
estado apoyando en secreto!―En ese momento los ojos de Franco estaban llenos de
gratitud.―¡Resulta que la familia Palomares nos ha estado compensando desde hace mucho!
―añadió. ―No solo compensaron tu compañía; la señora Palomares incluso se acercó a mí para
ofrecerme dinero, pero lo rechacé. No creo que deberían hacerlo, pero cuando me entere sobre lo que
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impotente. Franco respiró profundamente, y sus sentimientos estaban mezclados. Noemí, quien
estaba escondida fuera de la puerta, estaba escuchando en ese momento y se sorprendió al escuchar
que Elías valoraba tanto a la familia Torres; incluso apoyo el negocio de su esposo. Por lo tanto,
concluyo que una vez que Anastasia cediera y aceptará la compensación, tarde o temprano, ella
tendrá éxito. «¿Cómo es que todas las cosas buenas van solo para Anastasia?». Puesto que ya no
había nada más que escuchar, Noemí tocó la puerta, fingió que entraba a toda prisa y
exclamó:―¡Ups! ¡Recordé que había dejado mi bolso aquí cuando ya estaba en el estacionamiento!
Después de decir eso, caminó hacia el mueble que estaba al lado de la silla, tomó su bolso, y dijo con
un tono de preocupación:―Franco, ¿Está bien que te deje aquí? ―Estaré bien. ¡Deberías irte a casa!
―insistió Franco. ―Descansa, ¿de acuerdo? Llámame si pasa algo.―Después de decir eso, se giró a
Anastasia y le recordó a la mujer. ―Cuida bien a tu padre, ¿sí? Ha trabajado tanto por esta familia. Sin
embargo, Anastasia no le gusto escuchar es tipo de palabras saliendo de la boca de Noemí, así que
no respondió. Mientras tanto, Noemí suspiró y se lamentó.―Sé que algunas veces puede llegar a ser
muy directa y franca, pero espero que podamos llevarnos bien como una familia. Ya que estaba frente
a Franco, Anastasia no podía rechazarla, pero ella nunca las considero como una familia en su
corazón. ―Me voy ahora.―Con eso, Noemí se fue con su bolso. Franco después se giró hacia
Anastasia y preguntó:―¿Aun culpas a Noemí por todo? ―Solo no entiendo por qué traicionarías a
mamá en aquel entonces. ¿No era lo suficientemente buena para ti?―Anastasia no puedo evitar
cuestionar a su padre. Franco rara vez hablaba de ese tema con ella, pero en ese momento, se
miraba arrepentido.―Es mi culpa, pero yo nunca traicione a tu madre a propósito. Cometí unos erros
cuando Salí a beber y a socializar. Noemí acaba de graduarse de la universidad y estaba trabajando
para comprar un departamento en aquel entonces, así que tuvimos a Érica por accidente. Al escuchar
eso, Anastasia frunció el ceño. ―Tú estabas borracho, pero, ¿qué tal Noemí? ¡No creo que lo
Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏmestuviera! ―Mis clientes me obligaron a beber hasta que casi morí en la mesa, y cuando desperté,
Noemí ya estaba a mi lado. Estaba esperando para decirle la verdad a tu madre, pero en menos de un
mes tu madre… Anastasia no necesitaba que su padre explicara todos los detalles. Después de todo,
lo entendió bien como adulto. Su padre ya estaba manejando la constructora en ese entonces; aunque
era en una pequeña escala, ganaba millones cada mes. Naturalmente, Noemí debe de haber ideado
un plan para seducir a su papá. Incluso si su mamá aún estaba viva, Noemí aun así hubiera tratado de
arruinar su familia. Por lo tanto, después de que la madre de Anastasia falleció, Noemí dio a luz a
Érica y se casó con su padre de inmediato. ―Fue a causa de mi descuido lo que causo esto hace
cinco años. Estoy en deuda contigo, así que quiero compensártelo con esta compañía.―Franco ya
había escrito su testamento para distribuir sus bienes, y Anastasia obtendría la mayor parte. ―No
quiero tu compañía, papá. Solo quiero que estés bien ―dijo Anastasia con sinceridad. Justo en ese
momento, alguien tocó la puerta. Un hombre que se miraba que estaba en sus cincuentas, entró a la
sala, y estaba acompañado por un asistente cargando una canasta de fruta.