Capítulo 218 Acababa de llenarme, dejé el tenedor y le pregunté: "¿Aceptaste verlo?" "Si, acepté." Leticiaayudó a recoger las cajas del servia domiciexplicándome: "Fue muy inmaduro hace un par de días, no escuchaba lo que decía, y hay cosas que por teléfono no se pueden aclarar. Mejor verlo una vez más y terminar esto de una vez." Estuve de acuerdo: "Te apoyo." "¿Entoncesacompañas?" "Por supuesto." Sonreí y bromeé: "¿Y si no voy y te secuestra para venderte, qué hacemos?" El lugar que habían elegido era el mismo club privado de siempre.
Follow on NovᴇlEnglish.nᴇtLeticia, conocedora del lugar,ghacia adentro, hasta la puerta del salón privado. Pensé por un momento y le dije: "Tú entra, si estoy yo, hay cosas que no se podrán decir. Cualquier cosallamas y entro enseguida." "Está bien." Leticia asintió y empujó la puerta para entrar.
Con un tono fresco pero frío, contestó: "Presidente Montes, sin pruebas, no hay acusación." "Así que fuiste tú." Isaac soltó una risa fría y dijo: “Solo a nuestra Cloé podrías engañarle. David, te lo estoy diciendo bien claro, mejor te mantienes alejado de ella, ¿entiendes? Es una criatura inocente y tú estás en otra liga." "No te preocupes por eso." David con desdén, pero con seriedad dijo: "Mis intenciones hacia ella siempre han sido sinceras. No como tú, que la has herido una y otra vez." "Qué lástima." Isaac, tranquilo y sonriendo, replicó: “No importa cuán sincero seas, ella siempre será mi esposa." "Con eso crees que puedes mantenerla amarrada a ti toda la vida?" стеб desesperas?" Isaac sonrió levemente.
David, despreocupado, contestó: "¿Por quédesesperaria? Deberías preocuparte por cómo resolver lo de Abril. No es como Andrea, ofender a la familia Monroy sería muy feo." Isaac, calmado, simplemente dijo: "Ella es solo una hija adoptiva..."
Estaba escuchando atentamente cuando de repente, una mano seposó en mi hombroXMesobresalté tanto que inhale aire fy al girame encontré con unos ojos llenos de curiosidad. ¡Ese hombre aparecia en todas partes! Desde que apareció, parecia que siempreatrapaban espiando.
Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏmQuería preguntar algo, perocontuve y tiré de su ropa, queriendo irnos a otro lugar.
Pero Camilo, de repente, dijo con arrogancia: "¿A dóndellevas?"
Su voz era lo suficientemente alta como para que los dos hombres la overan. Estaba Segura. Lo habia. hecho a propósito.
Detrás de la montaña artificial, los dos que estaban en confrontación se callaron de repente y al siguiente segundo, se oyeron los pasos de sus zapatos en el suelo. Miré a Camilo con enfado, y élmiro despreocupadamente, susurrando: "¿Qué tal silo ruegas?"