Capítulo 536
Todos los presentes giraron la vista hacia la entrada, incluida Violeta.
Rafael, vestido con un traje negro impecable, entraba con Raul, con la misma presencia imponente que el dia que
empezó a trabajar.
El gerente general ya había ido a recibirlos y, ¿cómo iba a quedarse sentado el resto? Todos se levantaron al
mismo tiempo, exclamando con sorpresa y emoción, “Sr. Castillo!”
*¡Relájense, por favor!” Rafael dijo apenas entró en la sala, “Hoy yo invito todas las cuentas. Pidan lo que quieran
beber al mesero, no tienen por que ahorramme dinero, en Grupo Castillo siempre somos generosos con nuestros
empleados, ise lo merecen!”
Aunque el gerente general siempre era generoso cuando los llevaba a cenar, al ser un superior directo con quien
se cruzaban todos los días, nadie se atrevía a exagerar. Pero Rafael era diferente, su generosidad era conocida por
todos. y habiendo dejado las cosas claras, ese dia podian permitirse un derroche completo sin remordimientos.
El ambiente en el salón privado se animo aún más, sobrepasando al alboroto anterior
Los meseros comenzaron a traer platillos tras platillos, y hasta los oficinistas que siempre mantenian las
apanencias en el trabajo se soltaron completamente. En la mesa de Violeta, donde se reunían el departamento
financiero y el de relaciones públicas, mayormente mujeres, se olan brindis tras brindis, incluso mas que en la
mesa de hombres
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Como habia mencionado Blair, Violeta estaba embarazada, asi que nadie esperaba que bebiera alcohol, y ella se
mantuvo con agua pura
Su mirada no podía evitar deslizarse por encima de las dos mesas del frente para posarse en la mesa principal.
Rafael parecía haber venido en coche, por lo que cada vez que alguien queria brindar con él, el rechazaba
cortesmente con esa excusa, pasando la responsabilidad a Raúl Apenas habian pasado un tercio de la cena y la
cara de Raúl ya estaba roja como un tomate.
Violeta negó con la cabeza, pensando en la mala suerte de Raúl.
Después de terminarse un vaso de agua, sintió la necesidad de levantarse y excusarse, “¡Voy al baño un
momento!”
Casi en el instante en que ella dejó el salón, Rafael también se levantó de la mesa principal, con el teléfono movil
frente a él, simulando una llamada, “Disculpen todos, voy a contestar una llamada.”
Violeta se secó las manos al salir del baño y se encontró con la alta y robusta figura de Rafael apoyada en el
pasillo.
Se había quitado la chaqueta y la corbata, quedándose solo con la camisa blanca. Sus largas piernas se apoyaban
perezosamente, y el pantalón parecía recién planchado, tan perfecto como su porte. Cuando sus ojos negros
capturaron la figura de Violeta, su rostro se iluminó con una sonrisa.
Aunque su sonrisa no era muy evidente, levantó una ceja y una suave luz brillaba en su mirada, acompañada de
una leve curva en sus labios.
Violeta miró a ambos lados con nerviosismo y preguntó, “¿Por qué has salido tú también?”
“¿No me miraste y me hiciste una señal para que saliera?” Rafael tenia ambas manos en los bolsillos de su
pantalon.
“No lo hice…” se defendió Violeta, sintiéndose injustamente acusada.
Al acercarse, Rafael se enderezó y extendió su mano hacia ella, “Ven aqui!”
“No quiero…” Violeta negó con la cabeza, rehusando tomar su mano y dijo preocupada, “Hay muchos compañeros
de trabajo en el salón anterior, ¿y si alguien nos ve por accidente?”
Al ver que no cooperaba, Rafael decidió tomar su mano.
Sin embargo, en el momento en que la tocó, Violeta se aparto, rechazando permitirle tener éxito
Desde lejos, quienes no sabían la situación podrían haber pensado que ella estaba muy resistente y que Rafael
estuba siendo demasiado insistente.
Capitulo 538
Cuando estaban a cierta distancia del salón, y viendo que no podía tomar su mano, Rafael simplemente la rodeo
con su brazo, girándola hacia él, y abrió la puerta de un salón privado vacio cercano, cerrando la puerta tras de sí.
“Oye…”
Violeta se negó, pero él la tomó en brazos y la sentó en sus piernas, “Estaremos más tranquilos aqui un rato antes
de volver a la reunión.”
Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏm“Rafael, ¿por qué has venido otra vez?” preguntó ella con el ceño fruncido.
“Esposa canta, marido acompaña, respondió Rafael con una sonrisa picarona.
Violeta suspiró y cambió de tema, “¿Fuiste a buscar a Nono al kinder?”
“Lo recogi y lo llevé a la villa antes de venir, dijo Rafael, doblando las rodillas para que ella se apoyara
completamente en él, “Nono también quería venir, pero después de asustarlo un poco, se quedó tranquilo en
casa.”
“¡No seas tan severo!” Violeta apretó los labios después de escucharlo.
“Un padre amoroso guarda eso para su niña,” contestó Rafael.
Debido a la posición en la que estaban sentados, le resultaba más fácil acariciar su vientre con la palma de su
mano. La ropa, ya toda arrugada por él, se encontraba encima de su barriga, y Rafael no podía dejar de sentir con
amor aquel contacto. Violeta se habia dado cuenta de que a él le gustaba mucho tocar su vientre, casi una docena
de veces al día, sin contar las veces que lo hacía por la noche cuando ella dormia.
“¡Eso es demasiado favoritismo!” Violeta defendió a Nono con indignación.
Rafael la miró con los ojos bajos y dijo en tono grave, “Los varones están bien, pero cuando tienes una niña, él se
convierte en el hermano mayor. En el futuro, tendrá que proteger a su hermana. ¡Ser un poco estricto con él ahora
es
bueno!”