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Enamorándome de mi esposa provisoria

Capítulo 118
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Capítulo 118

– lohn, lo siento. Puede que aun no me haya adaptado a ustedes-murmuró Astrid-. Sé que

estoy equivocada, asi que deja de acosarme, ok?

John sonrio friamente.

-No me atrevería. ¿Por qué iba a atreverme a acosarte? Te quejarias de mi a cada

momento, y la gente me criticaria por ser un hombre tan mezquino.

-John, no es eso lo que intento decir. –Astrid continuó con un tono significativo-: Sé que te

importa mucho Kathleen. Es mi culpa.

-¡Mira! Estas insinuando que hay algo entre Kathleen y yo! Tienes una manera con las

palabras, ¿eh? Dejemos de hablar en el futuro. Tampoco menciones mi nombre! Me voy a

asustar. -Con eso, John se dio la vuelta y le dijo a Nancy-: Nancy, cocina algo para

Kathleen.

-Si, no debemos dejarla morir de hambre.-Nancy se dirigió a la cocina-. Recuerdo que

todavía hay algo de sopa de champiñones.

Ambos abandonaron el campo de batalla, dejando sólo a Steve para enfrentarse a Astrid.

Steve le lanzó una mirada antes de mirar a Cain.

-Sr. Dodson, ¿por qué no nos perdona? Cinco de nosotros no son suficientes. Ahora,

incluso Kathleen esta enferma.

Cain se lo pensó un rato.

-¿Por qué no nos tomamos este día libre?

Steve aceptó con entusiasmo:

-Genial! Todo el mundo ha estado filmando durante una semana, asi que deben estar

agotados. Tomemos un descanso.

Con eso, se fue a informar a John y Nancy.

Ambos estaban encantados. Cuando Nancy le llevó la sopa de champiñones a Kathleen,

también le contó la noticia. Sin embargo, Kathleen se sentia muy culpable.

-Todo es por mi culpa.

-¡No es asi! En realidad, al equipo de producción le preocupaba que todos estuvieran

demasiado agotados, en especial tu. -Nancy miró a Kathleen-. A veces, es una desventaja

ser demasiado capaz, Kathleen.

Kathleen sabia lo que Nancy estaba tratando de decir.

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—De acuerdo, lo entiendo.

—Descansa bien. Volveré a mi habitación para revisar el guión. Llámame si necesitas algo.

– Nancy le dio una palmadita en el hombro.

-De acuerdo. -Kathleen asintió.

Sólo entonces se fue Nancy

Despues de beber un poco de sopa, Kathleen recuperó algo de energía y siguió tumbada

en la cama.

En ese momento, sono su telefono. Era un mensaje de Samuel.

Samuel: [El guion 1

Kathleen: [Lo tengo.]

Samuel: [Te sientes mejor?]

Kathleen: [Gracias por tu preocupación.]

Samuel: (Si te sientes incómoda, ve al hospital. Puedo ir a buscarte.]

Kathleen: [No es necesario. Voy a dormir un rato, asi que no me molestes.]

Samuel: [De acuerdo. Ve a dormir.]

En efecto, no la molestó más y rápido se quedó dormida.

Cuando Kathleen se despertó, sintió algo cálido y húmedo en su mejilla. Levantando la

mano, tocó una mano calida.

Rapido abrió los ojos.

-¿Chris?

Christopher se estaba limpiando la cara con una toalla caliente.

-¿Estás despierta?

Sintiendose incomoda, Kathleen dijo:

-Lo haré yo misma.

Tomo la toalla. Sin detenerla, Christopher le explico:

– He venido a visitarte porque me sentia preocupado. Al notar que tu fiebre parece

bastante grave, te puse un parche refrescante. Estaba a punto de limpiarte la cara cuando

te despertaste.

Kathleen suspiro.

– No se por que me ha dado fiebre de repente,

-Has estado un ano en el extranjero, donde hay humedad El invierno en Jadeborough es

muy frio. Es normal que no puedas soportarlo -dijo Christopher con una sonrisa

Kathleen frunció los labios

-Parece que tengo que entrenar más.

Christopher sonrio.

-Como?

Corriendo! -respondió Kathleen-. No puedo seguir asi

Se rio

–Correre contigo

—Me sentire mal. -A Kathleen no le gustaba molestar a los demás.

Christopher sonrio.

– Me gusta cuando me molestas

Kathleen se sintió avergonzada.

En ese momento, alguien llamo a la puerta.

– Voy a entrar, Christopher. – La voz de Astrid sonó desde fuera mientras empujaba la

puerta y entraba

Parecia que se habia esforzado mucho en vestirse. Aunque hacía mucho frio, no llevaba

nada de abrigo. En su lugar, llevaba un vestido de manga larga con el pelo recogido. Un

par de pendientes rojos colgaban de sus orejas.

-Estas despierta, Kathleen. ¿Te sientes mejor? – Astrid fingio estar preocupada.

Kathleen respondió despreocupadamente:

-Cracias por tu preocupación.

– Sigues enfadada conmigo, Kathleen? -Astrid se sentó a su lado.

Penso que estaria mas guapa en comparación con la tez enfermiza de Kathleen. Sin

embargo, para otros, Kathleen ganaria.

Tenia un comportamiento naturalmente vulnerable y fragil: uno no podia evitar desear

adorarla.

-Chris quiero descansar bien. Ve a charlar con ella fuera -dijo Kathleen con calma

Astrid vino aqui solo por Christopher, ¿no? Lo sé muy bien»,

-Chris, deberiamos dejarla… -dijo Astrid

Esta es una fära oportunidad

– le hare conpania –Christophet entonces lando una m

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uda a Astrid-. SAL

Astrid se quedo sin palabras

Mientras tanto, Christopher acostó a Kathleen en la cama y la arropó.

Astrid se quedo inmovil.

-¿Necesitas que te mande fuera?–pregunto Christopher sin emoción.

Sintiendose incornoda, Astrid se levantó y salió.

Kathleen lanzó una mirada significativa a Christopher.

–Chris, le gustas.

Christopher se quedó atónito.

-Lo sé. Le dire que deje de tener pensamientos ridiculos. Que no piense demasiado.

-No estoy diciendo que en verdad le gustas. Se dirige a mí porque quiere que me aleje -

explicó.

-Pero no me gusta. -Christopher miró los ojos acuosos de Kathleen-, Tu me gustas.

Tras una ligera pausa, Kathleen entrelazó los dedos y dijo:

-Chris, yo….

-Kate, no voy a cometer el mismo error que Samuel. Al igual que tu, me gusta una relación

pura. No tengo un primer enamoramiento, ni una amiga de la infancia. Todo lo que quiero

eres tú.-La voz de Christopher era suave y firme.

El corazón de Kathleen latia rápido.

Ella sabia que a Christopher le gustaba. Durante el último año, él también lo había

insinuado. Sin embargo, era la primera vez que se confesaba con tanta solemnidad.

Sintiéndose ansiosa, Kathleen se mordió los labios y dijo aturdida:

-Chris, ¿cómo debo decirte esto? No quiero herirte, pero no quiero tener una relación

ahora, ni quiero pensar en el matrimonio. Me han hecho tanto daño que mi corazón aún

sangra. No quiero ocultarte nada. Temo que mis cicatrices no puedan curarse nunca.

Aunque te guste, puede que no sea capaz de corresponder a tus sentimientos. Me sentiré

muy arrepentida.

Christopher le tomó las manos y sonrió.

-¿Por qué estás pensando en tantas cosas?

Kathleen frunció el ceño.

-No estoy diciendo que tengas que estar conmigo ahora, ¿verdad? –Christopher se echó a

reir-. Te lo confieso porque quiero que sepas que no tienes que sentirte agobiada. Incluso

si un dia no soy el hombre que gane tu corazón, seguire deseándote lo mejor. Para mi, tú

eres lo mas importante,