Capítulo491
Clara dio algunas instrucciones a Fernando sobre su salud y luego se despidió, saliendo de la
habitación
Tan pronto salió, Alejandro se dio cuenta y se apresuró tras ella.
-Déjame acompañarte,-dijo el hombre brevemente.
Clara, sintiéndose incómoda por no explotar delante de su abuelo, finalmente estalló en este
momento. Retrocedió bruscamente y señaló directamente a su rostro.
Gritó: -¡No te preocupes en moverte de donde estas!
Alejandro frunció el ceño, confundido.
Clara apretó los labios, sintiéndose algo avergonzada.
-No necesito que me acompañes, no soy una mocosa, tengo más de 20 años, conozco muy bien el
camino a casa.
-Pero ya es demasiado tarde-Alejandro no cedió y dio un paso adelante.
Clara recordó cómo este hombre la abrazó esta noche, apretó los dientes y se golpeó el hombro,
quitándose la suciedad invisible. -Alejandro, si no me enojé antes, no es que quiera hacer algo
contigo, solo fue porque mi abuelo estaba presente. No te aproveches por favor de la situación.
Ahora mismo estoy furiosa por lo que sucedió entre Hugo y Leona. Incluso tengo ganas de darle una bofetada a
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crees si te digo que te zampare una a ti?
Clara pensó que su declaración era imponente y dominante, y tenía un gran poder de disuasión.
Pero Alejandro, al escucharla, solo levantó ligeramente los labios y parecía querer reírse.
-Si Hugo te molesta de nuevo, dímelo, y yo lo solucionaré por ti-dijo suavemente.
-¡No lo necesito ni un poco! Los asuntos entre la familia Soler y la familia Pérez no son asunto tuyo. Ocúpate más
bien de tus propios asuntos-respondió Clara fríamente.
Clara recordó cómo Alejandro se puso serio delante de la familia Hernández para defenderla de Hugo, y sintió una
emoción inexplicable en su corazón.
Pero luego pensó que este hombre probablemente estaba más preocupado por sus propios
intereses.
Después de todo, podía ver que Enrique quería que Hugo se uniera al grupo Hernández. Si Hugo se convirtiera en
el asesor legal del grupo Hernández, eso significaria que este hombre tendría un
poderoso aliado y la situación no sería nada favorable para él.
Con estos pensamientos, a Clara solo le quedó una sonrisa sarcástica.
Justo cuando Alejandro estaba a punto de acercarse nuevamente dando pasos agigantados una voz
fuerte lo interrumpió desde atrás.
-Alejandro.
Alejandro frunció el ceño y se giró para ver a Enrique acercándose rápidamente.
-Ven a la biblioteca, tengo algo que decirte.
-Iré a verte más tarde. Ahora tengo que llevar a la señorita Clara de vuelta-respondió Alejandro
fríamente, sin ceder.
-¿Llevarla? Hmm, ¿realmente lo necesita? ¡La señorita ya se fue hace rato!
Alejandro se sorprendió y se volvió.
Tal liebre en pradera ya había desaparecido sin dejar rastro.
Clara salió de la mansión de la familia Hernández sin expresión en su rostro.
-Señorita Clara-dijo mientras se detenía su mirada se tornó sombría al ver a Hugo acercarse con
una sonrisa irónica.
-No importa si la señorita Clara está satisfecha o no, en esta crisis, todavía pude ayudar a la señorita Leona a
superarla. No es vergonzoso perder ante mi, Hugo.
–
-De hecho, no importa cómo lo vea, siento que esta vez salí ganando, – respondió Clara sin enojo, incluso se burló
de él siguiendo su línea de pensamiento. Aprovechando este asunto de Leona,
–
puedo ver completamente qué tipo de persona eres, he visto a muchas personas que traicionan por la espalda,
pero usted es el primero que lanza piedras directamente al pozo. No sé si el tío Soler se sentirá avergonzado de su
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hijo y mayor orgullo, pero quien es el hazmerreír de muchas corporaciones y escupe la mano de quien bien le ha
ayudado… ¿Acaso no se avergonzará por el abogado Soler? -continuó Clara.
La sonrisa falsa de Hugo se volvió completamente rígida, su rostro se oscureció de repente.
-Señorita Clara, te he dado un poco de margen porque eres la hija del presidente Pérez. Pero estás desafiándome
una y otra vez, ¡es demasiado! ¿Las corporaciones pueden hacer lo que quieran?
–Tus palabras me hacen recordar que soy la hija de un magnate después de todo. ¡Hacer lo que quiera es mi
talento innato como señorita! Con una posición tan noble, ¿por qué no aprovecharla? Clara entrecerró los ojos
peligrosamente, sus labios rojos hechizaban.. -Entonces, en el futuro,
antes de enfrentarte a mí, sería mejor que pienses en quién es Clara y quién está respaldándome.
Mi temperamento es más fuerte que el de mi padre, eso es seguro.
Después de pronunciar estas palabras, la señorita se alejó con gracia, pisando sus elegantes y
llamativos tacones.
Hugo miró la hermosa figura de la mujer mientras se alejaba, su odio casi le hacía estallar los
dientes.
—Clara, no me trates como a mi inútil hermano menor. Si Aarón está dispuesto a ser el perro de tu
familia, yo, Hugo, no soy tan patético, ¡puedes intentar controlarme! La vida da muchas vueltas, ¡
esto aún no ha terminado!