Capítulo508
-¡Bien! ¡Voy con ustedes! – Francisco no dudó.
-¡Maestro! El clima hoy podría cambiar en cualquier momento, y su salud no es buena-expresó
Ignacio con preocupación.
-No hay problema, mi salud está bien, puedo aguantar-respondió Francisco.
-Francisco, confía en mí y en Ignacio-dijo Clara preocupada por la salud de Francisco mientras
se ofrecía. He trabajado como médica de campo, así que, si un alpinista está en peligro de
muerte, puedo proporcionarle atención médica de emergencia de inmediato.
Cuando supieron que ella también había trabajado como médica de campo, Ignacio la miró
sorprendido y admirado.
-Está bien-dijo Francisco, temiendo ser una carga y apretando la mano de Clara. -Irene, confío
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Alejandro llegó solo en su vehículo al parque forestal. Como también había cambiado su vehículo
de manera discreta, pasó junto al coche de Clara estacionado en la entrada del sendero sin ser
detectado por Aarón.
El SUV negro se detuvo en la base de la montaña, frente a la puerta del campamento.
-¿Francisco? – Alejandro, vestido con un traje de montaña verde oscuro, salió del coche con una
mirada aguda y una fuerte emisión de hormonas masculinas que lo hacía parecer un oficial de
élite que regresaba triunfalmente del campo de batalla.
A simple vista, parecía haber vuelto de una larga campaña militar.
-Alejandro-dijo Francisco con una sonrisa amable, avanzando para saludarlo. -El clima no está
bueno hoy, y estás tan ocupado. ¿Por qué viniste?
-Es precisamente porque estoy extremadamente ocupado-suspiró Alejandro con resignación. –
Si no venía hoy, es posible que no tenga tiempo de venir en mucho tiempo.
-Cuando tenías diecisiete u dieciocho años, todavía eras un niño. Ahora eres el presidente de una
corporación, y han pasado tantos años. Estoy envejeciendo y tú has crecido. Aprecio mucho que
continúes donando cada año-recordó Francisco con una sonrisa.
Alejandro habló con determinación. -Ya he depositado una gran suma de dinero a nombre de
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Francisco no esperaba que Alejandro fuera tan generoso y le dio un par de palmaditas en el
hombro. Deja de hablar de cosas infaustas. Francisco espero verte cada año. Hoy, mis dos niños
favoritos están aquí, y eso me hace muy feliz-dijo Francisco con nostalgia en su voz. Tal vez
sabiendo que su tiempo era limitado, Francisco se sintió emocionado y tuvo que luchar contra las
lágrimas en la garganta.
-¿Alguien más viene a visitarte hoy? – Alejandro preguntó casualmente.
Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏm-Si, pensé en presentarte a una joven. Tienen una gran afinidad, ambos vienen cada año a cuidar
el bosque y ayudar a la gente, y ella también hace donaciones aquí cada año-respondió Francisco.
Alejandro inicialmente no tenía mucho interés en conocerla, pero después de escuchar eso, se
sintió intrigado. Si es alguien aprobada por Francisco y comparten intereses comunes, no me importaría conocerla.
-Lamentablemente, Irene no está aquí en este momento. Se fue con todos a la montaña para
buscar a los perdidos-explicó Francisco.
En ese momento, el corazón de Alejandro se detuvo de repente y luego comenzó a latir
fuertemente. Todo su cuerpo, junto con los recuerdos borrosos que flotaban en su mente, parecían
tocar una corriente eléctrica intensa, sumiéndolo en un estado de aturdimiento después del shock.
Unos segundos después, Alejandro agarró fuertemente el brazo de Francisco y lo miró fijamente,
preguntando: -¿Esa señorita se llama Irene?
-¿La conoces? – Francisco estaba sorprendido. -Claro que la conozco, se llama Irene. La
conocemos desde hace muchos años.