Capitulo 11 Dos payasos
Natén no pudo evitar que la mujer que tenia entre sus brazos le divirtiera mientras su dulce fragancia le llegaba
a la nariz. Le agarrd la barbilla y le dijo: —Déjayudarte a lavarte donde sea que esté suesta noche. Su
frase evocé imagenes inapropiadas en su mente. Cristina se sonrojé. «Sélo decfa... {No tenfa por qué ser tan
cooperativo!» Los dos mostraron descaradamente su afecto mutuo, ignorando por completo a todos los
presentes. Julia estaba tan furiosa que casi se desmaya. Sandra la sostuvo rapidamente y le dijo: —Natan, ven
rapido a echar un vistazo a tu madre. «jSera mejor que dejes a Natén, zorra!» Cristina mir6 a los dos.
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—Puesto que la sefiora Herrera aun tiene fuerzas para maldecir a la gente, debe de estar bien. No creo que me
necesiten. Luego se incliné intencionadamente hacia Natén. Julia lanzé una mirada al ama de llaves que tenia
detrads. —Natén, sé que nocrees, pero tengo pruebas de la infidelidad de esta maldita chica. Aquel dia, habia
hecho que alguien escondiera la camisa que llevaba Cristina sélo para este momento. Queria exponer a Cristina
personalmente. «jQuiero ver cdmo se explica con pruebas concretas!» Cristina levanté la barbilla, parecia
aburrida, como si estuviera esperando a que empezara una actuacién. «¢Qué clase de truco van a hacer ahora?»
El ama de llaves sacé una camisa blanca y la dej6 sobre la mesilla. Tenia una tenue mancha de sangre roja. Todo
el mundo sabia que Cristina era virgen cuando se casé con la familia Herrera. —Cristina volvié aquel dia con el
pelo revuelto y vistiendo esta camisa blanca. También hay una mancha de sangre justo aqui —Julia tenia los ojos
enrojecidos por la agitacion. Mir6 fijamente a Cristina. —
No te estoy calumniando. Todo el mundo en la residencia lo que pasé aquel dia. ;Vas a negarlo? No era sélo
ella quien acusaba a Cristina. Todo el mundo la habia visto aquel dia. Cristina mir la camisa y se sonrojé. Si uno
no supiera la verdad, habria pensado que sus mentiras estaban a punto de quedar al descubierto y que se sentia
avergonzada. Fingiendo sorpresa, Sandra exclamé: —;Cémo has podido traicionar asi a Natan, Cristina? Natan
se va a poner muy triste. Cristina puso los ojos en blanco. «;Eh? Natan ni siquiera dijo que estuviera triste por
ello. ; TG qué sabes? Estas intentando que pierda los nervios?» Cristina miré entonces a Natan. «;No te lo va a
Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏmexplicar?» Julia sefiald la puerta. —Cristina, sal de aqui ahora mismo y no vuelvas a poner un pie en la residencia
Herrera. A continuacién, dirigié una mirada a los guardaespaldas que tenia detrés, indicandoles que entraran en
accion. Los ojos de Natan se oscurecieron. —
jEsta camisa es mia! Todos, excepto Cristina, se quedaron aténitos. «Esta camisa pertenece al hombre con el
que Cristina tuvo una aventura. ;Cémo puede ser de Natén? Si es asi, jsignifica eso que Cristina no estaba liada
con otro hombre? ;Sélo pasaba tiempo con su marido?» Julia no se lo podia creer. —Aunque no quieras admitir
que te han engafado, tienes la verdad delante de ti. (No puedes enganarte a ti misma? «Natén debia de ser un
iluso para decir semejante mentira». Sandra intervino de inmediato: —Si el hombre eras realmente td, ;por qué
estabas en el hotel, entonces? Cristina miré fijamente a los dos payasos y se mofé: —; Qué sabéis vosotros? Es
uno de mis intereses y el de mi marido. Sandra sinti6 una punzada en el corazén. «;Significa eso que Natén ha
estado con Cristina desde que se curd de su alergia?»