Capítulo 639
-No te preocupes, a lo mejor no volvemos a contactarnos, señor Ruiz, adiós.
Natalie colgó el teléfono.
Fausto hizo una mueca, se sentía molesto y enojado, después de la decadencia del Grupo Ruiz, ¡ Natalie empezó a menospreciarlo!
Marcó un número de teléfono y dijo fríamente: -¿Has dicho que si hago lo que dices, puedes dejar al Grupo Ruiz a volver a su altura y que tenga a Natalie?
Una voz masculina grave, se notaba que tenía unos cuarenta años.
-Sí,alegro de trabajar contigo.
Colgó el teléfono y la mirada de Fausto se tornó fría.
Follow on NovᴇlEnglish.nᴇtAlgún día, haría que Leonardo se arrepintiera de lo que estaba haciendo, ¡seguro!
Por la tarde, Carlos entró en el despacho de Leonardo.
-Señor Ramos, Karol quiere verlo.
Leonardo frunció el ceño, -¿Qué Karol?
Carlos:
Sabía que se le había olvidado.
Carlos: La hermana de Alberto.
Leonardo se sorprendió, luego dijo: Llévala a mi despacho.
Siguiendo a Carlos al despacho de Leonardo, Karol se estaba poniendo nerviosa, su corazón latía tan rápido que casi se le salía del pecho.
Tras llevar a Karol a su despacho, Carlos se marchó.
-He oído que querías verme.
Karol resopló y miró hacia Leonardo, sentado detrás de su escritorio, que la miraba con expresión gélida.
El corazón le un vuelco y volvió esa sensación de temor.
-Señor Ramos, quiero rogarle que deje marchar a mi hermano.
Se lo había pensado mucho en los últimos días y finalmente decidió creer en Alberto, al fin y al cabo era su hermano.
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Leonardo se mofó, -Señrita Ginés, estás contando un chiste? El comportamiento de tu hermano ha resultado en un asesinato premeditado, y si lo mando a la policía, estará en la cárcel el resto de su vida. Ahora pides que lo deje ir, ¿quién eres?
La cara de Karol se puso blanca como la nieve y se mordió el lainferior.
Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏmSeñor Ramos, ¿cómo puede dejar en paz a mi hermano?
-Puedo darte una oportunidad.
¿Qué oportunidad? -En los ojos de Karol surgió la esperanza. Con una oportunidad, habría posibilidad.
-Si consigues que te cuente todo lo que sabe sobre la familia Licon, consideraré dejarle
marchar.
Karol guardó silenun rato y susurró: -Puedo intentarlo, pero puede que no funcione.
Leonardo no dijo nada más y pidió a Carlos que llevara a Karol a ver a Alberto.
Una hora más tarde, al ver que las heridas del cuerpo de Alberto eran mucho peores que antes, a Karol se le saltaron las lágrimas.
Se acercó rápidamente y se atragantó: -Hermano… ¿Cómo estás?
A Alberto le dolía, al oír la voz de Karol pensaba que estaba soñando, cuando Karol siguió hablando, levantó la cabeza con gran esfuerzo.
-Karol, ¿qué haces aquí?
-Hermano, el señor Ramosprometió que te dejaría ir si contabas todo lo que sabes de la familia Licon.
La voz de Alberto se enfrió, —¡No! ¡No puedo volver a traicionar a la familia Licón!