Capítulo 153
Una vez finalizado el baile, Clara y el bailarín se tomaron de la mano y se inclinaron para agradecer.
A pesar de no ser un escenario formal y tratarse de una fiesta privada, bajo la exquisita danza de
Clara, el lugar adquirió un estilo aún más elevado, convirtiéndose en un baile de gala de primer
nivel.
Beatriz escuchaba los elogios y sentía que el fuego de la envidia arde dentro de ella.
En el pasado, cuando era joven, también era una experta en piano, cantaba y bailaba con habilidad,
ganando numerosos premios. Sin embargo, después de ir al extranjero, se enfocó en buscar
hombres y disfrutar de la vida, olvidando por completo sus talentos artísticos.
Cariño, la señorita Isabel es realmente impresionante. Pero, ¿es apropiado bailar este tipo de baile
frente a tantas personas? Y además, con tan poca ropa… Yo no me atrevería…
Beatriz empezó a hablar pero al darse la vuelta, Alejandro ya no estaba a su lado.
Alejandro caminó rápidamente por el pasillo detrás del escenario.
A pesar de sus esfuerzos por contenerse sus sentimientos, las imágenes seductoras de Irene
seguían apareciendo en su mente, y su garganta se volvía cada vez más seca.
Se obligó a pensar que todo esto no era más que provocaciones de Irene, una forma de enfurecerlo
y engañarlo una vez más. No quería considerarlo como un asunto de emociones personales.
De repente, Alejandro escuchó voces emocionadas provenientes de una esquina.
-Hoy bailé con una mujer de curvas elegantes, ¡sus caderas son increíbles! Nunca había tocado a
una mujer con una cintura tan delgada en toda mi vida.
En circunstancias normales, este comentario podría haber sido un elogio.
Pero para Alejandro, fue como una chispa que cayó en un almacén lleno de pólvora, desatando una
explosión instantánea. (2)
El bailarín escuchó los pasos firmes de los zapatos de Alejandro acercándose desde atrás, apenas
tuvo tiempo de voltearse antes de recibir un puñetazo directo en la cara.
Follow on NovᴇlEnglish.nᴇtUgh!
Alejandro ha tenido experiencia militar y ese golpe envió al bailarín volando por el aire, cayendo al
suelo y quedando inmóvil, gritando de dolor.
Ella es alguien con quien puedes jugar a tu antojo?
Alejandro sonrió con desdén, su voz fría y cortante. -¿Y quién te crees que eres tú?
-¡Usted… usted es el señor Hernández!
El bailarín estaba aterrorizado, su voz era temblorosa. -¿No se va a casar con la señorita Sánchez?
Yo… yo no sabía que esa señorita era su…
Realmente no debería mencionar a Beatriz. Al escucharlo, Alejandro sintió cómo su puño se
tensaba sin razón aparente.
-¡Alejandro! ¿Qué estás haciendo?
Al ver que Clara y Beatriz llegaron apresuradamente, Alejandro mostró una mirada fría y
desafiante. 1
El bailarín se arrastró hasta ellas, con sangre brotando de su boca.
-Señor Hernández, ¿qué haces golpeando a alguien sin motivo en mi zona? ¡Has ido demasiado
lejos!-Celeste, señalando directamente la apuesta cara de Alejandro, llena de ira.
-Habló cosas sucias.
Alejandro apretó los puños. -Le di un puñetazo para que aprendiera una lección. Hay personas
que deben hablar y otras que no.
¡Clara estaba atónita!
En su impresión, Alejandro siempre se había enorgullecido de su posición distinguida y nunca se
involucraba en conflictos con personas insignificantes. ¿Qué le había pasado hoy?
-¿Qué está pasando aquí?-preguntó enojada Celeste, mirando al bailarín.
-Yo… yo no insulté a la señorita Isabel… Solo estaba emocionado por bailar con ella y llamé a un
amigo para presumir… solo eso.-tartamudeó el bailarín, temblando de miedo. -No esperaba que el
señor Hernández lo escuchara, y luego él…
-¡Basta!-Clara frunció el ceño, levantando la mano elegantemente. -Celeste, llévalo a que vea sus
-Maestra, no puedo dejarte aquí sola
Mientras miraba de reojo a Alejandro, Celeste susurro en el oído de Clara,-creo que este hombre
tiene problemas mentales, golpear a alguien tan fácilmente seguro que es un trastorno explosivo,
Si, eso creo también
Clara estuvo de acuerdo con el ceño fruncido. -Pero quien desata el lio también debe resolverlo.
No te preocupes, no se atreverá a hacerme nada.
Las dos mujeres intercambiaron susurros mientras Alejandro escuchaba cada palabra. Su rostro se
oscureció cada vez más.
Aunque a Clara le preocupaba la situación, no quería desobedecer las órdenes de su maestra, así
que se apresuró a llevar al bailarín lejos.
El aire se volvió silencioso y pesado.
Alejandro vio que ella aún llevaba el vestido rojo y sexi y recordó las palabras del bailarín, lo cual
lo hizo sentir aún más incómodo.
De repente, dio grandes zancadas hacia ella y se quitó su chaqueta de traje, ofreciéndosela sin
expresión alguna.
-Vistete con esto.
¡Pam!
Clara parpadeó sus ojos almendrados, destellando una mirada aguda, y de un manotazo desvió su
mano, haciendo que la chaqueta cayera al suelo.
-Alejandro, ¿qué te pasa ahora? ¿Golpear a alguien sin motivo y luego decirme que me ponga tu
ropa? ¿Estás tratando de burlarte de mí?
-Irene-
-Sé que te gusta ese tipo de mujer que parece ser dulce y obediente, con apariencia natural y pelo
largo y lacio. Pero lo siento, no me gusta. Estuve contigo durante tres años, actuando como una
buena chica, una chica inocente, durante tres años, y ya estoy harta de eso. Ahora que estamos
Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏmdivorciados, no tienes que preocuparte por cómo me visto. Puedo hacer lo que quiera. No tienes
absolutamente nada que ver conmigo, pronto te casarás con otra mujer.
Asi que, después de dejarme, than caldo asi de bajo?
+16 BONOS
Alejandro estaba tan enfadado que nu rostro se volvió palido: -Puedes ballar, pero ¿por qué tienes que
vestirte tan provocativamente? ¿No tienes ni un poco de vergüenza? ¿Dejar que ese hombre te
toque?
Ja, ja… Clara estallo en risas -Señor Hernández, ¿estás insinuando que te gusto?
-¿Qué estás diciendo?-Alejandro sintió cómo su corazón se detenía por un momento, su
respiración como si hubiera sido detenida.
Clara dio un paso más cerca de él, levantando su rostro exquisitamente hermoso para encontrarse
con sus miradas.
-No te gusto, ¿verdad? Y sin embargo, ¿por qué te importa tanto lo que hago si no te importo? ¿O
tal vez… después de tres años de matrimonio, finalmente estás celoso de algo que no has probado?
Tu perversa necesidad de posesión ha vuelto a aflorar, ¿verdad?
-Irene, ¿me estás llamando perverso?-Alejandro parpadeó con fuerza.
-¿Y qué más podría ser? ¿Crees que el hombre que eres ahora, merece algún elogio? Clara dejó de
sonreír repentinamente. -Alejandro, ahora eres un caradura. No me persigas más, ve y busca a tu
prometida. Seguir persiguiendo a tu exesposa mientras estás con ella, ¡eso sí que es caer bajo!
Alejandro agarró fuertemente su delicada muñeca, causándole dolor y haciendo que sus ojos se
tornaran ligeramente rojos. Por más que intentara, no pudo soltarse.
-Tienes rabia y resentimiento hacia mí, pero usar a alguien más para atacarme, eso es demasiado
feo.-dijo Alejandro con desesperación.
-¿Usar a alguien más?-Clara se sorprendió, sin tener ni idea de lo que él estaba diciendo.
–Beatriz vino esta vez para pedirle a Celeste que le diseñara un vestido. Si no quiere ayudar, está
bien, pero ¿acaso no has dado tu aprobación? ¿Puedes decirme que no tuviste algo que ver con
esto? ¿Puedes decirme que no aprovechaste esta oportunidad para vengarte?